BOHEMIO BUSCA MUSA: DESPERATE ROMANTICS
Posted septiembre 17, 2009
on:- In: crítica TV
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A veces, las revisiones modernas de los clásicos arrojan una luz cuanto menos curiosa sobre ellos:
Londres, mediados del siglo XIX. En la época dorada del victorianismo, cuatro amigos sueñan con cambiar el mundo. ¿Cómo? ¿Acaso piensan acabar con esa lacra de la industrialización llamada explotación infantil? ¿O van a ayudar a las mujeres a liberarse del asfixiante corsé moral y social que las oprime? No. Ellos buscarán la belleza y la verdad a través del Arte. Porque ellos son la Hermandad Prerrafaelista.

Tiran más dos tetas que un caballete y una caja de carboncillos.
Desperate Romantics es una miniserie de la BBC 2 basada en el libro que Franny Moyles escribió sobre los pintores prerrafaelistas y sus culebroneras vidas, adaptado para la pequeña pantalla por Peter Bowker. Se trata de un producto cuyo mayor mérito, por desgracia, es que su tono confunde. Ves escenarios y vestuario de época, todo muy victoriano y british y de repente, los personajes se revelan y comienzan los conflictos: ¿Quién es aquí el gallo del corral? ¿Seré capaz de encontrar la inspiración sin tirarme a ninguna de mis modelos? Esa pelirroja tiene cara de musa, ¿tendrá también un buen polvo? ¿Por qué tengo tanto talento? ¿Por qué la crítica me desprecia? ¿Cómo puedo hacer para que mi ambición aplaste las carreras de mis amigos y ser yo el mejor? ¿Por qué no me duele la cara, si soy tan guapo? Y entonces te da por pensar que esto es un especial de Halloween que han hecho los chicos de Entourage, porque si no, no se explica tanto mamoneo… Y es que lo más destacable de Desperate Romantics en cuanto a contenidos es que la gran mayoría de las cosas que se cuentan pasaron en realidad y están documentadas. Y eso, ¡ay!, eso es auténtico barrazo de prensa rosa para deleite de anglófilos, filólogos y amantes del arte en general (y si formas parte de estas tres categorías, ya ni te cuento). Este entretenimiento de la BBC es un poco como el chiste infame de por qué las mujeres vemos las porno hasta el final; en el fondo lo que quieres es saber quién se lía con quién.
De todas formas, sí hay algo que realmente merece la pena de esta miniserie: su puesta en escena y la dirección artística. Desperate Romantics exuda belleza, decadencia y comedimiento a partes iguales. La fotografía es tan buena que si os toca ver algún capítulo en baja resolución, confundiréis muchos fotogramas con cuadros de Monet cuando la imagen se pixele. El vestuario (en especial los vestidos de Effie, los conjuntos de Lizzie y los sombreros y abrigos de los chicos) está “ pa’ de robá”. Y ya he hecho las maletas para mudarme al invernadero que Gabriel utiliza como estudio en plan okupa. También hay que agradecer las buenas intenciones del casting y la realización, con desnudos interesantes y adquisiciones como Aidan «por-favor-muérdeme» Turner o Tom Hollander (como el inquietante John Ruskin), aunque la mayoría de las veces la capacidad actoral quede muy por debajo de lo que nos tiene acostumbrados la televisión que educa y entretiene.
A pesar de sus múltiples defectos, cuando una está viendo la última mierda comedia romántica de Katherine Heigl (copia grabada en un “screener”, con el track de la banda sonora que parece que se le estén acabando las pilas y con unos subtítulos que traducen “stripper” por “desnudista”), hay que reconocer que se echa de menos a estos cuatro gambiteros.
Y no os preocupéis si al ver la serie vuestro egocentrismo idealista os impulsa a querer crear un mundo más bello. Al final, el cinismo de Oscar Wilde nos salvará a todos. Que la virgen os guarde de los bohemios. A los que queráis, por supuesto 😉
septiembre 17, 2009 a 10:48 am
Pues a mí me gustó.
septiembre 17, 2009 a 3:49 pm
A mi me pareció entretenida, que conste, pero de guión muy floja con el potencial que tiene la historia.