Archive for enero 2010
LOS PROTEGIDOS
Posted enero 29, 2010
on:Los Protegidos (Ida y Vuelta) no aporta nada nuevo. Quizás si no has visto Los Increíbles las tramas y los personajes puedan llegar a engancharte y seas capaz de ignorar una producción bastante pobre y unos efectos visuales cutrongos. La mezcla «Globomedia meets Heroes» tiene su puntillo curioso y no deja de ser interesante, pero claro, aunque tiene el planteamiento de serie familiar de la primera, le falta -a rabiar- la estética, el ritmo endiablado y los cliffhangers (hablo de la primera temporada) de la segunda. Vaaale, venga, de acueeerdo, ya sabemos que no hay dinero. Pero para una serie de género como ésta por lo menos podría notarse que han hecho un esfuerzo, ¿no?. Porque a nivel de guión está en la media e incluso sobresale a veces, a pesar de la lacra de los 70 minutos. Y aunque quiero mandar a la niña pequeña al bosque con Evelyn y Paula (a ver si el gnomo se las come a las tres de una puñetera vez), Antonio Garrido y Angie Cepeda se lo curran de forma muy aceptable. Y tiene su gracia y sus intenciones encomiables contar una de superhéroes y además les está haciendo un 18%, joder. Y si ya visualmente fuera como Doctor Mateo o Hay alguien ahí… ¿Cuándo tendremos en nuestra ficción esa alineación planetaria que junte el talento de los distintos campos del sector audiovisual para hacer una serie en la que todos los aspectos estén a la altura? Personalmente, espero que la verdad esté ahí fuera. Concretamente en la vuelta de Pelotas.
MENDIGOS
Posted enero 24, 2010
on:La mendicidad es un cáncer aquí en la capi. Ya la viví con esplendor en Glasgow, pero como tenía ese halo de peligro marginal y un mendigo escocés carente de dientes y borracho es muy difícil de entender, pues me daba más miedo que lástima. El caso es que en Madrid hay (desgraciadamente) muchísimos mendigos y de muy variadas procedencias. Está el abuelo de la puerta del Caprabo, con el que se me encogía el corazón cada vez que me tocaba hacer la compra este verano. También está la Phoebe de Suchil, una yonki que siempre va con su perrico, con menos dientes que cuerdas en la guitarra, que tiene cáncer de estómago y sólo se sabe Yolanda y Lucía. Pero el premio gordo se lo llevan una pareja de mendigos que duermen en un portal al final de mi calle y que (redoble de batería, por favor)… ¡tienen un Mac!
Una noche antes de que el invierno se nos metiera en el cuerpo, volvía a casa tan tranquila y de repente los ví allí acomodados entre sus cartones, pegados a la minipantalla del portátil. Fue una aparición. Fue el fantasma de Valle-Inclán mandando saludos a través de una ouija digital. Resumiendo, fue muy grande. Tanto que lo contaba y la gente, obviamente, no se lo creía. Pero hoy he vuelto acompañada y ahora tengo testigos. Es una pena, pero los mendigos internautas no son un producto de mi imaginación.
El caso es que nos ha entrado la risa. Y claro, se nos han ocurrido los mil grupos de Facebook:
-Mendigos con portátil.
-Mendigos hackers.
-Mendigos que roban wifi.
-Mendigos que roban wifi a otros mendigos.
-Mendigos que en lugar de pasar la gorra se abren una cuenta en Paypal.
-I-homeless (este es de Kaik)
-Mendigos que venden cajas de cartón por E-bay.
Tengo muchísimas ganas de crearlos, pero me da cosica por si los encuentran y se hacen fans.
También hemos hecho un poco de brainstorming con los posibles «tweets», véase: «Ofertón en Día: cartón de Cotoserano a 0.60€», «Disfrutando de mi nueva caja. Es Balay.», «Temperatura bajando a 0º», etc.
Crueldades infinitas aparte, desconozco qué maravillosa y trágica historia habrá detrás de esas dos personas conectadas al mundo desde su hogar de cartón, pero el resultado es desternillante. Y ahora me tengo que marchar, que me he mordido la lengua y me voy corriendo al hospital a que me pongan un antídoto. Buenas noches.
MAD ABOUT THEM
Posted enero 17, 2010
on:
Elegante, cerebral, impecable. Hacía tiempo que Mad Men se merecía un post en esta humilde morada bloguera. Y es que se ha ganado su pedestal a pulso: una puesta en escena que quita el hipo, una realización bellísima, de manual clásico, unos intérpretes que están a la altura de personajes y tramas que han ido creciendo y ganando en sustancia con cada una de las temporadas. ¡Y qué guiones! Si el ser humano pudiera alimentarse de subtexto, Mad Men acabaría con el hambre en el mundo. Estoy convencida de que el fantasma de Hitchcock se pasea por cada una de las grabaciones mostrando orgulloso su barriga y bendiciendo al equipo con su puro como si fuera un botafumeiro.
(Perdón por los ESPOILERS)
Esta tercera temporada ha sido magistral. Don vuelve a ser el centro del universo y un cazo de leche hirviendo o un puño arrugando una hoja de papel son excusas perfectas para flashbackearnos a su pasado de Grandes Depresiones y zapatos agujereados, para hacernos comprender que este personaje sigue trabajando por poder añadir un ladrillo en el complejo y turbador edificio de la América del siglo XX. Los secundarios siguen siendo un lujo (Sterling y sus líos familiares, los chicos de la agencia, los británicos con sus impostadísimos acentos, etc.), pero a mí las que me apasionan son ELLAS. Esta temporada nos ha regalado a una Betty Draper que, más allá de demostrar que January Jones es Grace Kelly reencarnada que ha vuelto para darnos lecciones de glamour (que no es poco), se muestra como un personaje más simpático, fuerte y maduro. Joan nos ha enseñado una vez más cómo sale adelante una tigresa en la jungla neoyorquina de finales de los sesenta: con muchísima sabiduría vital, encantos femeninos y unas gotitas de perfume. Y Peggy… No tengo palabras para describir la devoción que siento por el personaje de Peggy Olson, y eso que en esta temporada no le han dado todo el espacio que se merece. Pero esto es sólo mi visión distorsionada de la realidad, claro está, porque Peggy ha tenido momentos absolutamente triunfales: su brainstorming fumada o la visita que le hace Don -su media naranja laboral- en el último capítulo en la que le dice eso de «I wanna spend the rest of my life trying to hire you». Más allá de sus entretenidos embrollos corporativos, del interesantísimo mundo de la publicidad, de la mente y el corazón de sus personajes y de la recreación histórica, la serie se huye del cliffhanger de estar por casa y despide la temporada con un final que es un principio. Otra cosa más que agradecer a Matthew Weiner y compañía.
Decir que Mad Men es una serie de primera no es ser nada original. Pero es lo que tienen las verdades universales.
BUSCANDO CURRO, BUSCANDO ILUSIONES
Posted enero 16, 2010
on:Esta mañana (traducción: ayer) Olga y yo hemos estado llamando a los números en nuestra lista de productoras. Muchos «No», el fantasma de un ERE, números que no contestan, un montón de info@…, pero también algunas direcciones de correo con mejor pinta y un par de conversaciones medianamente esperanzadoras. Aunque sabemos que es probable que nuestros curriculums acaben en «no leído», «trash» o reboten directamente, yo diría que no está nada mal para esta primera parte del proceso, del ritual. Menos mal que la vida te da ilusiones de otro tipo.
El jueves fuí al cine con la Rubia y justo cuando estábamos comprando unas palomitas, me giro y veo sentado en una silla, detrás de «La Gran Ilusión», a Antonio de la Torre. ¡Antonio de la Torre! Un actorazo de los pies a la cabeza que además es un joven clon del padre de Violeta. Así que me quedo muda, miro a la Viol que está pidiendo, ella se gira y me dice: » ¡Está mi padre!» Un «ya,ya» entre dientes, nos reímos. «¿A que no vas y se lo dices?» Obviamente somos un par de provincianas vergonzosas y ni nos acercamos (no como Javi, que se lo encontró por la calle con Pilar Castro y después de echarse una foto con él le soltó que se parecía al padre de su novia). De todas formas, no puedo evitar imaginarme la escena:
VIOLETA se acerca nerviosa a ANTONIO DE LA TORRE. ANTONIO la observa intrigado. VIOLETA imita torpemente a Chiquito de la Calzada.
VIOLETA
¡Papar! Di-jí-te que me llevaría ar sirco pero te ha venido al sine…
(…)
¡Jarl!
Entramos a ver El Erizo, pensando que a lo mejor es la que va a ver él. No hay suerte, pero ponen el trailer de la nueva de Dunia Ayaso y Félix Sabroso y esta vez lo vemos al otro lado de la pantalla. La película es triunfalmente francesa y nos encanta, salimos de la sala felices de la vida. La próxima vez le diremos algo, él se lo merece. Ver actores yendo al cine… ¡Ay! Si no fuera por estas cosicas.
GLEE!
Posted enero 10, 2010
on:- In: crítica TV
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Pronúnciese «gliii», proyectando el sonido «iii» placenteramente a través de las fosas nasales, muy a la americana. Y es que nos encontramos, una vez más, en Estados Unidos.
Cuando William Schuester, profesor de español (la variante que enseñe está por ver) en un instituto de una localidad perdida de Ohio, decide revivir sus años de éxito y plenitud tomando el mando del club de canto, se echa a la cara un variopinto grupo de adolescentes, cada uno con sus neuras y problemas: una empollona mini-Barbra Streisand (Rachel), un quaterback guapérrimo que canta en la intimidad y al que le falta un hervor (Finn), un gay incipiente (Kurt) con padre fundamentalista hetero, una diva culona (Mercedes), una asiática tartaja (Tina) y un guitarrista parapléjico (Wheels) . Y conforme avanzan los capítulos, otros compañeros y profesores se van uniendo, dando como resultado un mosaico imposible en la realidad de cualquier instituto americano, pero que aquí casa gracias a la solidez y el atractivo de sus personajes. Porque los giros argumentales de esta dramedia teen son culebroneros y repetitivos, pero la ambición, los juegos de poder y el estigma del perdedor son temas que enganchan y te hacen saborear ciertos momentos de cada episodio. Porque los números musicales destrozan las canciones a lo High School Musical, pero están bien coreografiados y mucho mejor realizados (¡qué delicia disponer de presupuesto, mimo y talento!). Porque es una serie musical que se aleja de los límites no aptos para diabéticos del Disney Channel, con un contenido sexual realista y un tratamiento de tramas y situaciones que mantiene un delicado equilibrio entre lo borde y lo edulcorado. Porque en la banda sonora hay demasiadas canciones malas, verisonadas con peores intenciones, pero muchos de los intérpretes son capaces de darlo todo también en el plano del musical y los que no, poseen buenas intenciones y unos personajes aún mejores (Es el caso de la grandiosa Sue Sylvester, una suerte de Clint Eastwood metida a entrenadora de las animadoras). Además, los nombres de los personajes compiten en precisión y musicalidad con los de Mad Men (algunos ejemplos: Mr. Schue, Rachel Berry, Quinn Fabray.) y sobretodo… se trata de una serie altamente adictiva. Otro ejemplo más de que el futuro está en la hibridación de géneros. Paco, Paco, Paco, que mi Paco.