Posts Tagged ‘cumple’
1+1=2
Posted abril 4, 2010
on:Burla, burlando, van dos años blogueando.
Dos primaveras atrás el pequeño alien que llevo dentro sacó la uñaca, rajó mi cráneo (llevaba mucho tiempo dejándosela larga con este propósito), asomó lo que él llama cabeza, escupió en plan santero a la pantalla de mi ordenador y pronunció las siguientes palabras: «Escribe. No te arrepentirás». Y después me pidió el pintalabios, porque tenía una fiesta de besos.
Veinticuatro meses más tarde, recuerdo aquel suceso como si fuera ayer y no me arrepiento ni un solo día:
1-Porque en aquella fiesta mi alien ligó como en su vida (el rojo pasión le sentaba de muerte y resaltaba sus bellas fauces).
2-Porque este pequeño monstruito llamado «Aprendiendo a escribir» crece fuerte, con sanas desviaciones y además de cumplir años, cumple otras muchas cosas.
Y se codea con la crème de la crème brûlée, como demuestra esta preciosa felicitación.
Y que cuuumpla muuchos máaas… Gracias a todos 🙂
PD: La tarta la ha hecho Mafalda. Comed y seréis más sabios.
UN AÑO DE BLOG
Posted marzo 26, 2009
on:Hace un año por estas fechas, recién llegada de un viaje a Marbella que me dejó feliz y muerta, sentí una naúsea profunda. ¿Había pillado un bicho tripero en mis aventuras península abajo? ¿Seguía pedo y no me había dado cuenta? No, lo que quería sacar de mi sitema no estaba en mi estómago sino en mi cabeza. Así que reflexioné un poco (tampoco mucho), encendí el ordenador y me puse a la faena.
Recuerdo que al ir a publicar mi primer post me vino la frase que cierra el capítulo de Sexo en Nueva York en el que Charlotte se acaba de convertir al judaísmo, solo para romper acto seguido con su novio Harry (por quien había hecho el sacrificio). Sobre la imagen de Charlotte colgando la estrella de David en su puerta y cerrándola justo después, oímos a Carrie decir: «Justo lo que Nueva York necesita, otra chica soltera, blanca y judía». Sí, hace doce meses yo era justo lo que la blogesfera necesitaba: una petulante y resabidilla rata televisiva con aspiraciones de escritora y que, aún encima, se creía graciosa. Ha pasado ya un año y como decía Tamara (la buena), no cambié.
Se me olvidadaba: ¡tarta para todos!