BICHO MALO
Posted noviembre 12, 2009
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Bicho Malo es una serie que me encantaría que me gustara. Tiene actores simpáticos, una premisa divertida (un muerto que deja en herencia su piso a sus amigos de la infancia -una panda de perdedores- y se les aparece de uno en uno, sin que los otros lo sepan) y una cabecera que parodia a la de Sensación de Vivir. A nivel de guión puro y duro, está plagada de situaciones con bastante potencial cómico y chistes con muy buenas intenciones. Pero no funciona, al menos no para mí. Y aunque se sigue emitiendo en Neox, tiene su público y goza de un éxito relativo, está muy lejos de alcanzar el nivel de frescura y las esperanzas de renovación de género que proporcionaba la magnífica Impares (también de la productora Isla).
De verdad que es una serie a la que me gustaría mimar como espectadora. Está hecha con cuatro perras, tiene espíritu gamberro y sin embargo, se desinfla ya desde el primer capítulo. A los personajes les falta cuerpo, definición, las tramas del piloto apenas sirven para que nos hagamos una ligera idea de cómo es el protagonista y estamos hablando de una serie que aspira a ser coral, con seis personajes principales más y unos cuantos secundarios recurrentes. Y luego está la estructura, parece que el encargado de escaletar sea un robot. Muchas escenas se alargan farragosamente, el número de tramas por capítulo (dos) no concuerda con tanta abundancia de personajes. A veces te preguntas dónde están los demás, o cómo ha llegado este secundario aquí o, incluso peor, qué habrá pasado con X e Y, que hace mucho rato que no los vemos (¿Estaban en este capítulo? Ya no me acordaba). Una planificación muy tosca que hace que cada episodio pierda ritmo y cada trama cohesión.
Y sí, es una auténtica pena. Pero no se puede hacer una serie con borradores de personajes y tramas episódicas que a menudo se deslucen hasta quedar en meros titulares (frases cortas en las que se explica en líneas generales de qué va la trama). No se pueden plantear los capítulos como una sucesión de sketches, hay que pulir. No estoy diciendo que yo lo haría mejor, pero si hasta a mí se me ocurren formas de mejorarla, ¿por qué no a ellos?
Por lo menos, las ganas de innovar y renovar siguen ahí. A ver si la próxima (La pecera de Eva) les queda mucho más redonda.
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